LIGA 37: Juan Campanini Josefina Sposito (Arg). Al otro lado / Fachada en la calle Dr. Erazo
Fotografía: Arturo Arrieta
Desde la calle: un antiguo inmueble industrial velado por una nueva fachada que lo deja entrever.
Desde la sala: una proyección de aquello que vemos desde la calle.
Entre ambos: un espacio inmaterial donde la experiencia y la percepción desafían la idea de límite entre el exterior (público) y el interior (privado).
Así podría describirse –de una forma extremadamente directa– la intervención que diseñaron para LIGA 37 Juan Campanini y Josefina Sposito. Y en esta radical síntesis es donde esta pareja de arquitectos argentinos nos ofrece lo que podría ser el núcleo intelectual de su propuesta: la síntesis material como medio para la intensificación de la experiencia arquitectónica.
Inspirados por la pintura «Paisaje de la Ciudad de México» de Juan O’Gorman (1949), Juan y Josefina nos proponen volver a mirar a la ciudad, esta vez a través de sus propios ojos, y redescribir los fragmentos del paisaje urbano junto a las relaciones que este presenta con su sociedad. El proyecto de un nuevo frente superpone también a los medios productivos que hacen visible el esfuerzo matérico que conlleva el acto de construir día a día nuestro hábitat. Observar, redescribir, construir, volver a observar, volver a redescribir, reconstruir… Es en este «loop infinito» que algunos arquitectos solemos encontrar nuestra posición en el mundo, siendo partícipes temporales de una obra que se ejecuta ad-aeternum para nuestra civilización. Y lo solemos hacer de formas muy diversas y heterogéneas que alientan la aparición de múltiples modos de comprensión sobre el sentido de nuestra disciplina. Pero existe un momento en el cual todas nuestras propuestas se manifiestan y se hacen públicas al resto de la ciudad a través de un elemento que racionaliza ese intercambio que se genera entre nuestro mundo privado y lo que sucede más allá: las fachadas. Es a través de sus fachadas que la arquitectura despliega una activa participación en la transformación de ese paisaje urbano que Juan O’Gorman describía en el retrato de su ciudad. Fachadas que imprimen una colección de historias y mundos que decantan en esa construcción colectiva que nos representa materialmente como sociedad.
Nos encontramos hoy con una nueva fachada, una fachada más para la Ciudad de México. En una cuadra entre almacenes industriales donde –aparentemente- poco sucede, una instalación arquitectónica de un espacio cultural llega para abrir –o mejor dicho reabrir– el debate que gira en torno a esa delgada línea que divide el espacio público de nuestros entornos privados. Un límite que se encuentra distorsionado por una duplicidad que arbitra entre la realidad y su imagen, entre lo material y lo digital, entre lo concreto y lo artificial. Desde la ciudad una nueva fachada, desde la galería de nuevo la ciudad, entre ambos: ese ir y venir que deja abierta una invitación para quienes visiten la muestra y deseen aportar su propia mirada de ese mundo que entre todos estamos construyendo.