Simplemente simple

por Francisco Díaz

LIGA 19: Llonazamora (Perú). Gramática
Fotografía: Luis Gallardo

 

La arquitectura contemporánea pareciera encontrarse en una tensión crítica. En un extremo, la especulación inmobiliaria amenaza su autonomía y, por el otro, el arte puro la fuerza a abandonar su aspiración social. Este dilema ha causado un cierto pavor en la profesión, sobre todo en un mundo global que desestabiliza el lugar que antiguamente la arquitectura tenía en la esfera social. En ese escenario, la respuesta ha consistido en reforzar el papel del arquitecto como garantía de la importancia de su disciplina, confiando en que sean las figuras carismáticas las que permitan recuperar el lugar de la arquitectura como “primer arte”. Así, en un mundo en que el diálogo con otras esferas es una exigencia, el arquitecto parece obligado a exagerar la importancia de su trabajo con discursos complejos, o bien a imponer el aura del autor para materializar su visión del mundo.

En un contexto así, es contra-intuitivo resistir la tentación de sobrevalorar el talento autoral, apostando, en cambio, por hacer que las cosas parezcan más simples de lo que son. Como la arquitectura en sí ya es lo suficientemente compleja de realizar, hacer que parezca simple no es un ejercicio fácil. Esto implica, de hecho, distinguir entre la simplificación (la reducción artificial de las variables en juego), la síntesis (la conclusión forzada del problema por medio de un proyecto) y la articulación (el ordenamiento subjetivo de las variables en función de un argumento).

Si hay algo que sorprende de Llonazamora es justamente la capacidad que tienen para hacer fácil lo difícil. Sin sobreestimar sus capacidades –ni tampoco caer en simplificaciones ni síntesis– esta oficina peruana ha logrado articular una carrera con base en una serie de principios capaces de definir un campo de juego en el que ellos se mueven con total soltura.

Por ejemplo, ¿cuántos no han fallado en el intento por replicar en su propia ciudad el modelo de Aprendiendo de Las Vegas? El ejercicio no es tan simple como salir a registrar fenómenos arquitectónicos/urbanos, pues exige un amplio background cultural (para poder distinguir y aislar lo realmente particular de un lugar), y también una mirada fresca sólo reservada a un extranjero (como la sudafricana Denise Scott-Brown, verdadera descubridora de Las Vegas), o a quien ha vivido fuera (como Tsukamoto y Kaijima de Atelier Bow-Wow, que sólo redescubren Tokio tras haber vivido en París).[1]

Cuando Michelle Llona y Rafael Zamora se instalan en Lima en 2009 —tras haberse conocido en Santiago de Chile— estaban en condiciones de observar la capital peruana con una mirada fresca. Hablamos de una ciudad que ya no es la Lima pobre y subdesarrollada en la que John Turner se instaló en los sesenta[2] y que recibió a Van Eyck, Stirling y otros para proyectar Previ-Lima.[3] La ciudad que Llona y Zamora redescubren es una metrópolis contemporánea, donde las arquitecturas del posmodernismo corporativo conviven con la tradición colonial y republicana. Es esa ciudad la que logran leer con ojos frescos, extrayendo de ella una serie de elementos que, como un alfabeto, se recombinan con base en un set de reglas —gramática— hasta configurar un nuevo lenguaje.

El peligro de la ingenuidad implícita en estos ejercicios (trasladar la observación directamente al proyecto, como si para mejorar el sabor del plato sólo bastase con agregar más ingredientes) es sorteado con éxito gracias a que el set de reglas anula el valor individual de los elementos: el lenguaje es más importante que el alfabeto. Con Lima como fuente inagotable de recursos para articular un vocabulario, y la rigurosidad de la investigación que aprendieron en sus estudios en Chile.[4] Llonazamora ha logrado desarrollar un lenguaje actual fundamentado en elementos preexistentes. Por ejemplo las “teatinas” —tragaluz tradicional de la arquitectura republicana del Perú— pasan a formar parte del lenguaje contemporáneo al transformarse en bow-windows o escaleras colgantes.

Hablamos de ejercicios que, al ser presentados como juego para armar, parecen tan simples que nos hacen olvidar lo difícil que es pensar la arquitectura como un juego viviendo en el Cono Sur. Porque para una oficina que no vive de encargos de clientes privilegiados los peligros son evidentes: o se cae en el cliché de subrayar lo poco glamuroso que es trabajar en Latinoamérica, o se sobrecargan los proyectos con “tics” artesanales para fetichizar la pobreza. Llona y Zamora, en cambio, hacen una arquitectura sin muchas pretensiones, que asume la realidad como tal sin exagerar el contexto ni las operaciones de proyecto.

En el Taller de Cerámica en Barranco, por ejemplo —un vacío interior a doble altura entre medianeras— logran que tanto el lugar como el encargo parezcan simples, dejando sólo a un ojo entrenado la posibilidad de descubrir la complejidad y destreza de movimientos perimetrales necesarios para que ese vacío central se viera como algo obvio; su inserción en el sitio demuestra, además, que las horas de callejeo por Lima les han permitido entender la ciudad al revés y al derecho, algo que se ha ido perdiendo en la era de las arquitecturas globales y los arquitectos transnacionales.

Porque en una época acostumbrada a consumir los slogans con que nuevos gurús prometen salvar la arquitectura de su eventual naufragio en el mar de la incertidumbre, lo realmente difícil es no marearse con la complejidad ni surfear la ola de moda. Aquí hay un par de arquitectos que no sólo logran mantener el timón firme, sino que también lo hacen de una forma simplemente simple.

[1] En referencia a Made in Tokyo y Pet Architecture, los dos libros sobre Tokio que Atelier Bow-Wow publica en 2001.

[2] John Turner, arquitecto británico, trabajó en las barriadas de Lima entre 1957 y 1965, etapa que le permitió formular una visión participativa de la arquitectura, en la que los propios habitantes debían ser quienes construyeran sus viviendas. Ver: John Turner, Freedom to Build: Dweller Control of the Housing Process, Nueva York, Macmillan, 1972; y John Turner, Housing by People: Towards Autonomy in Building Environments, Ideas in progress, Londres, Marion Boyars, 1976.

[3] Fernando García-Huidobro, Diego Torres y Nicolás Tugas, ¡El tiempo construye! Time Builds!, Barcelona, Gustavo Gili, 2008.

[4] Michelle Llona y Rafael Zamora cursaron el Magíster en Arquitectura de la Universidad Católica de Chile, programa donde se conocieron.

 

LIGA 19: Llonazamora (Per)