LIGA 13: Diego Arraigada (Arg). Mirar adentro, mirar afuera
Fotografía: Luis Gallardo
Un hagioscopio es una apertura arquitectónica oblicua hecha en una pared o columna del presbiterio de una iglesia para permitir que los fieles, o quienes no pueden ver el altar, logren ver a quien predica la misa. Llamados squint en Inglaterra, los hagioscopios también se conocían como «ventanas para leprosos» pues la apertura en la pared externa permitía que los leprosos y otros marginados pudieran ver la misa sin entrar en contacto con el resto de la congregación. Un hagioscopio, a diferencia de las ventanas que permiten el paso de la luz, el aire y los sonidos, tiene la única función de permitir que el excluido pueda ver.
La instalación de Diego Arraigada en LIGA titulada Mirar Adentro, Mirar Afuera es una continuación del linaje arquitectónico del hagioscopio arquitectónico. Principalmente consiste en un cuerpo hueco que conecta las dos ventanas existentes a través de la esquina interior de la galería; su forma trapezoidal y facetada es el resultado de la negociación entre las ventanas.
Por fuera, la pieza transforma la esquina exterior mediante la eliminación del cristal y la creación de una superficie lisa y continua que introduce las superficies de ambas fachadas exteriores hacia el interior del nuevo vano. Mirado desde la calle, éste lleva la mirada hacia el interior y de nuevo hacia fuera.
Como el efecto que genera una botella de Klein o una banda de Moebius, el acto de mirar desde afuera hacia adentro, sólo para mirar hacia fuera de nuevo, produce un cortocircuito en la lógica de la típica apertura arquitectónica. En contraste con el exterior, las superficies del nuevo cuerpo dentro de la galería parecen ser irregulares y discontinuas. Como una versión invertida de la arquitectura brutalista, la estructura interior es la que se deja expuesta e inconclusa, como la parte trasera de una escenografía: los apuntalamientos y bambalinas interiores (que hacen posible el efecto exterior abstracto) se dejan tal como son.
Considerando que un hagioscopio tradicional opera bajo el supuesto de una marcada separación –ya sea por razones sociales o estructurales–, Mirar Adentro, Mirar Afuera genera, simultáneamente, la separación que intenta anular: al negar la función primigenia de las ventanas como la conexión entre el interior y el exterior, se crea un límite que divide los dos ámbitos. Sólo estableciendo esta separación puede surgir una nueva conexión: de afuera hacia adentro y de nuevo hacia fuera. La instalación reinventa el hagioscopio logrando al mismo tiempo la separación y la conexión con un movimiento único y definitivo.
Al mismo tiempo que gran parte de recientes investigaciones en diseño sondea sobre la disolución de los límites, la conmovedoramente simple instalación de Diego Arraigada en LIGA es un amable recordatorio de que a veces las investigaciones más innovadoras se logran con los recursos arquitectónicos más tradicionales.