LIGA 16: Lab.Pro.Fab. Alejandro Haiek (Ven). Papeleo
Fotografía: Luis Gallardo
El arquitecto Alejandro Haiek y la diseñadora y artista Eleanna Cadalso lideran el Lab.Pro.Fab (Laboratorio de Proyecto y Producción), radicado en Caracas y con proyectos internacionales. Fundado en 1996, se basa en experimentar el reensamblado de componentes y el uso de contenedores transformables, en la voluntad de diluir las fronteras entre los campos del arte, el diseño, la tecnología y la arquitectura. Lab.Pro.Fab crea sistemas de combinación de elementos y artefactos ya existentes dentro de una lógica en la que territorio artificial, objetos y seres humanos pueden sumar sinergias. Los resultados de los proyectos, experimentos y talleres de Lab.Pro.Fab son siempre sorprendentes, consiguiendo dar otra vida a piezas y fragmentos reciclados.
Todo ello se desarrolla mediante un tipo de tecnología intermedia del reciclaje, que permite la intervención de técnicos, estudiantes y usuarios, y que aprovecha el conocimiento y habilidad tradicional de los artesanos, lo que denomina inteligencias locales.
Entre sus obras más emblemáticas está la creación del Parque Cultural Tiuna en El Fuerte, en el que se han instalado contenedores reciclados, rehechos con elementos reutilizados de diseño industrial, como grandes ventanales circulares, aprovechando materiales de embalaje para hacer plafones acústicos y lonas de publicidad para montar pantallas. Los contenedores se han convertido en salas multiusos para el arte, la música y la comunicación.
La manera de trabajar de Haiek y Lab.Pro.Fab entronca con dos fenómenos de la arquitectura contemporánea: por una parte, las vanguardias de los años sesenta y setenta, y por otra, los colectivos de arquitectos multidisciplinares actuales.En la obra de Haiek encuentra eco la arquitectura performativa de Cedric Price, pensada para la acción creativa de las personas, con proyectos emblemáticos y míticos como el Fun Palace (1961), y la lógica de los componentes prefabricados de Jean Prouvé. También nos recuerda algunos de los experimentos de las vanguardias del mundo del diseño, como Superstudio en Florencia o Transatlàntic en Barcelona. Se trata de propuestas pensadas para las ciudades latinoamericanas, para sus tecnologías y sus estructuras urbanas, generalizables en contextos contemporáneos de crisis social y ambiental. Es una arquitectura que lucha para reinsertar a las personas.
Esta voluntad de aunar investigación y acción sitúa a Lab.Pro.Fab en el contexto de los colectivos que han proliferado en todo el planeta; en Europa, especialmente en España y Francia, y en América, especialmente en Brasil. En París destacan las acciones del atelier d’architecture autogérée (aaa), creado por los arquitectos Constantin Petcou y Doina Petrescu; y en Barcelona, las intervenciones sociales del colectivo La Col. Y en Latinoamérica, el grupo a77 en Buenos Aires, formado por Gustavo Diéguez y Lucas Gilardi, que ha diseñado, entre otras propuestas de didáctica social del arte, el Centro Cultural Nómade y cuyas obras se basan en la incorporación y reciclaje de objetos encontrados; y el colectivo internacional Supersudaka, dedicado a la investigación sobre arquitectura y urbanismo, con acciones e instalaciones en muy diversos lugares del planeta: Rotterdam, Caracas, Buenos Aires, Santiago de Chile o Tokio.
El cambio en las coordenadas del trabajo del arquitecto que aportan estos colectivos es bien significativo. Se transforman los dos elementos básicos tradicionales: la autoría se diluye en el proceso y en el colectivo, renunciando al predominio individualista del ego del autor; y la obra, que antes sólo se reconocía en el edificio construido, en el objeto, ahora pasa a ser un proceso, que puede concretarse en programaciones, asesorías, mediaciones, acciones reivindicativas, organización de itinerarios, talleres, rehabilitaciones, reciclajes, curadurías, ediciones, filmaciones, expresión en nuevos medios como webs y blogs, y muchas otras actividades. Estos colectivos reivindican la necesidad social de la arquitectura y demuestran que se puede desarrollar en la exploración de muy diversos caminos.
En el caso de los experimentos de Haiek y Lab.Pro.Fab se dan estas dos líneas, la vanguardista y la colectivista. En su caso, la gran novedad es que abre un camino inédito en el reciclaje de componentes, con resonancias del Rural Studio, pero con mucha más implementación tecnológica y con intenciones de crear sistemas de artefactos reciclados, inteligentes, autoevolutivos y liberadores. Ya no estamos en la era de los artefactos de diseño industrial de los sesenta, sobre la que tan certeramente escribieron Giulio Carlo Argan y Carlos Raúl Villanueva, sino en la época del exceso de artilugios y su necesario y vital reciclaje, en la época de la búsqueda de la domesticidad sostenible que promueve Ezio Manzini. Esta apuesta por rehabilitar objetos recontextualizados, esta arquitectura del reúso de los artefactos está llena de sugerencias y de futuro, consiguiendo aunar ética y estética. Y de todo ello Lab.Pro.Fab es uno de los más destacados representantes.