LIGA 17: Estudio Macías Peredo (Mex). Convocar piedras
Fotografía: Luis Gallardo
El trabajo del Estudio Macías Peredo —Magui Peredo y Salvador Macías— me recuerda una fotografía del gran artista Manuel Álvarez Bravo. Titulada El tolteca, fue tomada en 1931 y describe un inmenso monolito de concreto que descansa en una abrupta pendiente y en un terreno muy rocoso. Tuve la gran suerte de verla en una galería en Nueva York. Tras una revisión cuidadosa, pude distinguir un techo de metal que se extendía por encima del “paisaje”. Repentinamente me di cuenta de que lo que veía era un patio de piedra. El paisaje de la pendiente abrupta y rocosa era la grava que se empleó para preparar el concreto y el monolito era sencillamente la pared que separaba un tipo de grava del otro. Pero el sentido de masa y textura tenía una potencia de gran intensidad.
En el trabajo de estos dos arquitectos ambos elementos, masa y textura, son palpables. Se siente que la arquitectura está profundamente enraizada en el lugar donde fue hecha. Se siente el peso de los edificios sobre el suelo. Son sólidos y sencillos y están de pie –silentes– esperando. La textura está dada por los métodos de construcción y por la mano conmovedora, perfecta e imperfecta a la vez, de quien las hizo.
La luz de México proyecta sombras fuertes. Cuando uno mira sus edificios, hay una danza entre la simpleza relativa de la forma del edificio, que crea una sensación de quietud, y los detalles que crea el movimiento de las sombras. Cada uno amplifica al otro.
En una época en la que el sentido, la luz, los olores, el aire mismo; cuando el carácter de un lugar parece diluirse, el Estudio Macías Peredo se mantiene firme. Al igual que la fotografía de Álvarez Bravo, su trabajo es, al mismo tiempo, tanto una verdad como una ficción que ilumina un espacio.